Dijimos que Floyd Landis, en la etapa que ganó en Morzine, con 5 minutos y 42 segundos de ventaja sobre Carlos Sastre, había consumido 30 bidones de agua. Nos equivocamos. Fueron ¡60!, entre los que se echó por la cabeza y los que se bebió. Sobre todo, los que se iba tirando por encima del casco para refrigerarse. Esa imagen del corredor, goteándole agua por el rostro y la perilla, es una de las que quedarán archivadas en este Tour... |