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Heras, radiante en Madrid |
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Roberto
Heras continúa rompiendo moldes en el ciclismo
español. A los 31 años, después
de 11 temporadas como profesional, se ha convertido
en el único corredor que ha sido capaz de ganar
en cuatro ocasiones la Vuelta a España. Ha superado
las tres que tenía Tony Rominger y entra en el
selecto grupo de los grandes nombres del ciclismo mundial
que han logrado perpetuarse en las pruebas de tres semanas.
Podríamos empezar por Lance Armstrong y sus siete
victorias en el Tour.
O las cinco de Miguel Indurain, Eddy Merckx y Bernard
Hinault. O las cinco de Alfredo Binda, Fausto Coppi
y Eddy Merckx en el Giro de Italia. Nadie ha ganado
cuatro veces el Giro o el Tour. Si se observa esa lista,
Roberto Heras es junto a Lance Armstrong el único
que lo ha logrado en los últimos diez años.
Hay que darle el mérito que se merece esa gesta.
No es cuestión de si ha sido fácil o difícil,
de si ha tenido muchos o pocos rivales. La cuestión
es que las ha ganado. Por si le faltase algo lo ha hecho
un escalador, el mejor del mundo junto a Marco Pantani
en esa década de la que hablamos. Los demás
están, y han estado, mucho más lejos.
No ha ganado el Tour, algo que se le recuerda, que escribimos
constantemente. Es verdad, pero tiene cuatro carreras
de tres semanas en su palmarés, algo que no conseguirán
la mayoría de los ciclistas que se dedican a
este deporte.
El idilio que ha mantenido Roberto Heras con la Vuelta
a España es la mas bella historia de amor entre
una carrera ciclista y un corredor que se conoce. La
ha corrido en nueve ocasiones, la ha ganado en cuatro
y ha sido segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto.
Ni siquiera Lance Armstrong ha mantenido esa regularidad
en el Tour de Francia. Heras es un caso único,
con sus 11 etapas ganadas y sus 36 días vestido
de amarillo.
Pino le marcó
En el ciclismo quedan, finalmente,
los datos. Podríamos decir que le ganó
una Vuelta a Isidro Nozal, en 2003, en la penúltima
cronoescalada, a Abantos, en la que el cántabro
se hundió. Les separaron 28 segundos. Isidro
Nozal, que había llegado a tener una ventaja
de 5:13 sobre Heras en Albacete, se presentó
en esa cronoescalada con 1:55. Perdió la carrera.
Lo mismo le había pasado a Heras con Aitor González
en 2002, cuando el entonces corredor de Kelme le aventajó
en 2:14. Salió de líder con 1:08. No le
sirvió de nada. La ventaja sobre Denis Menchov,
segundo clasificado, de 4:36, es la mayor que ha obtenido
en todos sus triunfos. En 2000 logró 2:33 sobre
Ángel Casero. Va a ser la diferencia más
amplia que se ha logrado en la Vuelta desde que Alex
Zulle ganase en 1996. Aventajó en 6:23 a Laurent
Dufaux. La historia de Heras con la Vuelta a España
cuenta con más protagonistas. Ha tenido muchos
compañeros. Desde Paco Cabello, José Rodríguez,
Arsenio González o Fernando Escartín,
en su primer triunfo, pasando por los actuales de Liberty.
La lista es muy amplia. Heras ha sobrevivido a todo,
incluidas las lesiones, que nunca le han afectado en
la Vuelta, ni en su carrera. No ha sido un corredor
con grandes problemas físicos. Ni siquiera las
15 grapas que le pusieron en Burgos han podido con él.
Su primera Vuelta la ganó con Vicente Belda.
Pero Roberto Heras quedó muy marcado por Álvaro
Pino.
El técnico gallego, una de las personas que nunca
habría tenido que desaparecer de este mundo,
le mimó, le cuidó, le dejó ir madurando,
progresando, sin meterle antes de tiempo en compromisos
para los que no estaba preparado. La segunda la ganaría
con Johan Bruyneel. Las dos últimas ha estado
con Manuel Saiz. Los que no podían con él
en la carretera terminaron fichándole para ganar
la Vuelta, como Manuel Saiz, o para ayudar a Lance Armstrong,
como Johan Bruyneel, en el Tour.
Rivales que repiten
En un lejano 1995 debutaba
con Kelme, en el mes de agosto, y a la firma alicantina
le dio su primer gran triunfo en 2000. Es el momento
de recordar que el US Postal le pagó 600 millones
de pesetas por tres temporadas. Dejó el Kelme,
con quien tenía contrato, tras pagar 200 millones
de pesetas para liberarse de la cláusula que
tenía
No acabó muy contento con los americanos. Tenía
un año más firmado. Manuel Saiz se enteró
y pagó su cláusula, en torno a los 200
millones de pesetas. Heras ha sido siempre un corredor
codiciado. El US Postal pensó en él, primero,
para ayudar a Lance Armstrong, y luego como líder
del equipo. La operación no cuajó. Roberto
nunca ha explicado lo que pasó.
Llama la atención que el cuádruple vencedor
de la Vuelta no desatase pasiones entre los equipos
profesionales españoles para ficharle en el mes
de agosto de 1995, cuando tenía 21 años
de edad.
Repasar los nombres que le escoltaron en sus tres primeros
triunfos resulta ilustrativo. Ángel Casero abandonaba
este año en la carrera. A Santos González,
que terminó tercero en 2000, corría en
la Once, su equipo, Phonak, no le ha dejado continuar
en la prueba. Pavel Tonkov sigue corriendo en un modesto
equipo italiano, LPR, lejos de los oropeles de la fama.
El quinto clasificado de aquella carrera, Raimondas
Rumsas, se encuentra sancionado de por vida por dopaje.
En sus dos siguientes triunfos se repiten ciertos nombres.
Isidro Nozal es su compañero de equipo. Alejandro
Valverde no ha corrido la Vuelta. Igor González
de Galdeano está terminando su carrera. Santi
Pérez se encuentra sancionado y Paco Mancebo
ha sido en los últimos tres años tercero,
cuarto y quinto. Carlos García Quesada lleva
dos años siendo quinto. Carlos Sastre se ha incorporado
al podio.
Una regularidad que puede conducir a alguno de ellos
al primer puesto en un futuro cercano. Cuando se merodean
los meandros de la gloria durante mucho tiempo acaba
por encontrarse un resquicio por el que poder colarse.
Heras lo encontró hace mucho tiempo.
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